El 16 su transito

Año 2010


Desafió del número

El tiempo de hacer cambios radicales, se esta asomando a la vida y esto quizás ocasione grandes crisis, pero es de beneficio y de gran fortuna el poder sacar provecho oportuno de tal situación. No todo esta tan estable como nos parece y desde luego el único modo y forma de contar tal hecho, es que una crisis lo determine así, aunque esto nos parezca algo desastroso hay una gran sabiduría en todo esto.

Hay que tener en cuenta, que son las grandes alternativas que surgen, con motivo de encontrarnos sumergidos en medio de un torbellino. Hay que saber determinar el mejor potencial con que la vida cuenta de manera deliberante e imperdonable, suele arrancar todo lo que le parece innecesario o lo que a futuro puede malograr o poner en peligro la misma. Quizás las situaciones que se acumulan y son todas las que requieren de ir cercenando de poco a poco y dejar que estas se reduzcan al máximo.

Es tiempo de generar cambios radicales y que el solo hecho de tener la obligatoriedad de aceptar cortes que desgarren quizás los sueños, no es por el solo echo de querer someterse a algo tan aberrante, sino que también es una citación que a la larga se funde en un solo propósito, que es el de sanar el todo y reducir los posibles riesgos a futuro.

En este periodo de grandes esfuerzos y de reminiscencias del pasado suelen hacer agobiante el camino y a la vez, el paso por este. Sin embargo, el hecho de avanzar por este periodo requiere de grandes abandonos y de renuncias que si bien sean difíciles de entender y de dejar que todo pese y cargue el momento de situaciones densas.

Hay que saber someterse a la exigencia y que desde luego todo lo que se esta generando, se determina por la calidad y el resultado por el cual se invierten grandes presupuestos para poder obtener un resultado óptimo. De ahí la sensación de querer abandonarse o dormir intensamente. Entregarse ingenuamente a algunas situaciones, es algo de riesgo y hasta representa un peligro por exceso de confianza. Es una representación muy fuerte de lo que no se logra abandonar del pasado.