jueves, 17 de septiembre de 2009

El 20 en su transito

Año 2010

Desafió del número

Camino a un momento de la vida, pero si aceptando que gran parte de esto tiene un requerimiento obligado y sin derecho a la apelación. El dictamen es severo y en esto se debe radicar la posibilidad de este fortuito avance. Es decir, que para poder acceder al privilegio de esto, se debe asumir y entender que todo lo que ya ha fenecido, muerto, dejado de ser o de existir, debe quedar como tal, sin traer al momento presente, nada de lo que quedo en su momento.

Es una etapa de plena liberación karmatica, extiéndase que por esto, lo que se trae del pasado o de otra vida, es la gran alternativa de renovar todo propósito o de aceptar que la vida es una constante renovación y que depende de cómo la vivamos serán los juicios a los que nos veremos enfrentados en este tiempo.

Cruzar este umbral es un descaramiento absoluto, es abandonar la vida trizada que nos había acompañado hasta ahora y rendir un homenaje a los aportes que esta nos a dado en su transito tan particular. Es quedarnos con esa, pues que muchas veces requiere de un duelo asumido ante lo que dejo de ser.

Tiempo de asumir que algo o un todo se muere en nosotros o con nosotros, pero que a la vez representa un gran renacimiento que de manera oportuna revitaliza un fututo promisorio y que se desprende en la medida en que nos entreguemos a este fin. En resumen, es un tiempo de situaciones que deben ser observadas con la naturalidad que tiene la vida ante la muerte en si.

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